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martes, 13 de marzo de 2012

Renacer

¡Hola a todos! Debido al cambio de rumbo que ha dado el blog, y como ya hemos publicado todos los relatos externos que nos habían llegado, ahora hemos comenzado a publicar nuestros textos propios — nueva tarea en la que se ha estrenado Lorena — alternadamente.
Y sin más, aquí os dejo un comienzo que acabo de escribir para una novela que quizá continúe por mi cuenta. Espero que os guste.
Admin.: Miguel 

Renacer

El ser de ocho patas recorrió sinuosamente la superficie lisa. No hacía ruido alguno; sus movimientos eran rápidos pero delicados, desplazándose con una majestuosidad que se podía admirar durante horas. Una pata tras otra y, en su conjunto, parecían la hábil mano de un pianista al son de una espeluznante sinfonía. El ser se estremeció, nervioso, y, con un sobresalto, echó a correr precipitadamente; algo se cernía sobre él, una masa difusa de gran tamaño y lentos movimientos...
Lentos, pero constantes; ahora ya era demasiado tarde, su rápida carrera no había valido para salvarle la vida, cada vez estaba más cerca…

Giré el zapato a un lado y a otro, con cierta repugnancia: no soportaba las arañas, sólo el ver una ya me hacía encogerme en mi sitio. Temblaba al ver alguna deslizándose por entre el mobiliario, burlándose de mi debilidad, acechando por todos los lados y ninguno a la vez… Pero ahora ya estaba muerta, podía continuar mi monótona actividad.

Hmm… nada en la tele, como de costumbre, demasiado tarde para salir de casa, y con un insomnio que me afligía desde hace tiempo. Necesito una distracción — pensé. Y es que bien tenía todo el día ocupado por el trabajo, bien tenía toda la tarde libre, obligado a ver cómo se consumía cada minuto sin hacer nada productivo. La verdad, era una vida muy aburrida. Me levanté y entré en la cocina para comer algo. Ya que no tenía nada que hacer, comería; sí, eso mataría algunos minutos.
Mientras rebuscaba en la nevera, vi dos luces acercándose peligrosamente hacia mí, dos luces que estaban fuera de la casa. Un frenazo, apertura y cierre de puertas, y unos pasos de varias personas por el jardín.

A partir de aquí todo se vuelve confuso y fragmentado: un timbre, la puerta abriéndose, un grito femenino… ¿Tenía mujer? ¿Hijos? No estoy seguro. Luego todo eran gritos agresivos, el suelo acercándose vertiginosamente y un símbolo, una rúbrica extraña, en la que ahora no me puedo concentrar, porque mi cabeza está a punto de estallar de dolor. 

Ahora estoy en un cuarto oscuro y descuidado, demasiado desorientado para preguntarme por nada. Por una rendija se ve una gran llanura. Tengo sueño, creo que voy a intentar dormir algo.

2 comentarios:

Lorena Vilariño dijo...

Muy bueno. Mi más sincera enhorabuena. El principio en el que haces referencia a un ser (Qué parece extraño y terrorífico) es irónico, ya que acaba siendo una araña!!! :D Además me he sentido identificada, las tengo pánico!! :S
Muy bien descrito de verdad. Para nada cansado de leer!! Sigue desarrrollándolo. Te pongo un adictivo! ;)

Lechuga Superhéroe dijo...

Me ha gustado mucho! quiero saber como sigue, me encantaria que la continues.
Pienso como el anterior comentario, a mi también me dan mucho asco las arañas, no soportaria que me pasase lo que le pasa al personaje, que deambulen arañas por los muebles de mi casa!
Un besooO!