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lunes, 20 de febrero de 2012

El crepitar del fuego

Sentimos haber tenido el blog tan muerto últimamente, todo culpa de David y Miguel!:P:P:P jajajja no, en serio, lo sentimos:( Pero es que como veíamos que nadie comentaba nada y que el blog está un poco así pues... muerto y tal... no sé, a ninguno nos vinieron las ganas de publicar.

Y es que, de verdad, para que esto funcione os necesitamos a vosotros, si no... la cosa pinta bastante mal...

Por cierto, el concurso queda cerrado, porque no recibimos apenas escritos de nadie, lo siento:'(

Aviso: Si el blog sigue así, dejará de ser comunitario y lo haremos nuestro. Lo siento por las personas que nos han enviado cosas y se han molestado en hacerlo, pero es que esto no marcha. Así que... o vemos que algo cambia, o, si esto que estoy diciendo no sirve de nada, lo cerraremos para publicar solo nosotros, como hemos dicho.

De verdad que Nosotros queríamos hacer un blog comunitario para provecho de todos, pero claro, vuestra participación es imprescindible;)

Así que queda dicho esto... y, bueno, qué decir del siguiente texto... que lo ha escrito Lorena Vilariño, una chica que, con este, ya lleva tres textos enviados, lo cual es bastante halagador, en serio! Nos gusta la gente así, que se muestre... activa y no pasiva.

Que no os estoy echando la bronca ni mucho menos, si esto es por vosotros y además nadie está obligado a nada, y, por supuesto, muchísimas gracias a todos los que han participado enviándonos cosillas. Ya sabéis que cualquier cosa estamos dispuestos a publicarlo=)

Así que nada... este texto es bastante...¿impactante? xD No sé qué otra palabra utilizar. Contiene erotismo homosexual, y la verdad es que no nos esperábamos encontrar este tipo de textos para publicar, pero, tal y como dijimos, los aceptamos como a cualquier otro:) Muy valiente la autora por intentar expresar este tema y con tal éxito.

Y ahora... a leer todos! Y a comentar, que siempre se agradece:P

 

Admin.: ClaryClaire



EL CREPITAR DEL FUEGO


-Tranquilo- Dijo Jon dirigiéndome hacia las mantas puestas delicadamente en el suelo frente a la gran chimenea, para sentarme.

-Estoy tranquilo.

Le cogí la mano y la besé empezando en la muñeca y terminando en los nudillos. Cada suspiro suyo, llevaba mi juventud y mi inocencia. Me acarició  lentamente la sien. Estaba algo asustado, pero tenía muchas ganas y me dejaba llevar con una gran vehemencia.

-¿Has estado con más chicos?- Pregunté mientras me desabrochaba los botones de la camisa.

-No. Sólo contigo.-Me miró sonriente con los ojos iluminados por el fulgor del fuego y se acercó tranquilamente hacia mí. Notaba su respiración, lenta y caliente, en mis pómulos.

Puso su dedo índice en mis labios, y los acarició apaciblemente. Empecé a desabrocharle la camisa, aquella que tanto me gustaba por su tacto suave, y tiré de las mangas para zafarle de ella. Su pecho, fuerte y de un tono tostado, se elevaba y bajaba despacio ha cada bocanada de aire que daba Jon Retiré su mano de mi cara, y me agache un poco para besarle el tórax. Adoraba su olor, el tacto de mis labios contra su piel, sus resplandecientes gotas de sudor debidas a la excitación del momento. Apoyaba mi rostro con fuerza sobre sus hombros y respiraba, le respiraba profundamente. Me acarició el pelo y con una gran fuerza pasional me echo para atrás, tumbándome por completo boca arriba.  Se sentó encima de mi cintura, apoyándose con los pies en la superficie para no hacerme daño. Se aproximó a mi frente y la besó, haciendo lo mismo con la nariz, mejillas, boca y finalmente cuello. Me produjo una gran ráfaga de placer. Cerré los ojos y entreabrí los labios. Una oleada de sudor frío se apoderó de mi cuerpo.

-¿Te gusta?-Dijo Jon al ver mi rostro.-Te palpita muy rápido el corazón.

Asentí con la cabeza entre exhalaciones aceleradas.

Bajó las manos y las metió por dentro de mi camisa, que tenía unos cuantos botones desabrochados. Empezó a acariciarme el pecho y la cintura y poco después me la había quitado y la había tirado a un lado de la estancia. Mi figura pálida y endeble reposaba ardiente entre las mantas. Empezó a descender hacía mis pantalones. Puso las manos en mi bragueta y la desabrochó rápidamente, bajándome los pantalones hasta las rodillas. Entonces sí empecé a ponerme nervioso. Colocó la mano en mis ingles. Mi cuerpo respondió de una manera que creía que no haría. Le agarré la mano y le paré en seco.

-Tranquilo, Boy. Sé lo que hago. No te haré daño…-Me miró tiernamente.

Le observe perplejo.

-Lo sé. Confío en ti.

Le dejé continuar.

Conforme pasaron los minutos me había desprendido totalmente de mi atuendo, tanto él como yo. Besaba cada centímetro cuadrado de mi mortecina piel. Acariciaba con dulzura mis muslos. Olía mi cabello, largo y oscuro. Y se deleitaba viendo mis gestos y expresiones. Se tumbó sobre mí y con su ayuda me día la vuelta para ponerme boca abajo. Contemplé el fuego, tan ajeno a nuestros cuerpos jóvenes y desnudos.

-Ahora vengo- Dijo Jon besándome la espalda.

-Vale. ¡No tardes!- Grité  mientras desaparecía por la puerta.

Me senté y me arropé con las gruesas mantas y me atusé el pelo. Me pregunté si tendría el maquillaje movido, o sí le gustaba físicamente a mi compañero. Oí pasos procedentes del pasillo y me imaginé que Jon se acercaba.  Me tumbé de nuevo tapándome desde el ombligo hasta los pies.

-Has tardado mucho…-Le dije pícaro y sonriente.

-Bueno…la espera…compensa.

Me empujó hacia atrás y volvió a retomar la situación girándome de nuevo. Me levantó la cadera hacia arriba, haciendo que apoyara las manos y las rodillas, únicamente, sobre la colcha. Me palpó las nalgas y acarició con la lengua cada una de mis vertebras y me tomó. Cada impulso era rítmico y placentero, y nada que ver con lo que yo pensaba que era. Cada vez que me empujaba con fuerza, una chispa se encendía en mi cerebro. Apretaba los dientes contras los labios inferiores, y fruncía el ceño, me deshacía en deleite. Y mi cuerpo ahora ardía en deseos de tenerle dentro. Las exhalaciones ahora más acompasadas se volvían cada vez más profundas. Empecé a gemir, intentando contenerme para que no se me oyera mucho, me percaté entonces de que al que realmente se le oía era a Jon que parecía disfrutar de mí plenamente. Su sudor caía en mis piernas y en mi espalda y resbalaba con fluidez.

Me desperté arropado, girado hacia la izquierda. El fuego, que fue testigo del deseo que mostramos, se había apagado y en la habitación se reflejaban los rayos del sol que entraban cálidos por la ventana. El brazo de Jon reposaba tranquilamente en mi pecho. Notaba su respiración, profunda y apacible, en mi nuca. Acaricié, alegre de tenerle a mi lado, su mano y la besé. Me di la vuelta. A la luz de la mañana estaba más guapo que nunca. Dormía junto a mí, parecía que nada le despertaría. Le aparte el flequillo de la frente y le acaricié. Acerqué mi cara a la suya todo lo que pude y susurré:

-Te quiero.

Cerré los ojos y me sumí en un profundo sueño del que no quería despertar nunca.

Lorena Vilariño

1 comentario:

Lechuga Superhéroe dijo...

me ha gustado la historia, es el primer relato que leo de amor homosexual.
La verdad que no paso mucho por este blog, cuando lo vi, pensé que sería buena idea, pero luego me olvidé, y no me acordé de enviar relatos. Al siguiente concurso que haya, participo encantada :) Y si no me doy cuenta, os agradeceria que me pusieseis un comentario si no es mucha molestia, pero aún así, estaré atenta a las actualizaciones. Un beso muy fuerte, ánimo a seguir con el blog!! en mi siguiente entrada os pongo, creo que la idea de este blog esta muy bien, y me parece una pena que no capteís toda la atencion que necesitís para seguir con él.
Un beso!