Y con disposición de publicar los últimos textos que se nos han mandado, hemos decidido elegir un ganador (ganadora) del concurso; se trata de Claire Miller, una escritora muy participativa en este blog y gracias a la cual habéis tenido la oportunidad de leer entradas como Lüthien. Ha tomado como comienzo la opción segunda, resaltada en rojo, y ha continuado desde ahí su relato, que os dejo a continuación:
Admin.: Miguel
Opción dos
Su boca estaba pegada a mi oreja cuando me susurró:
-¿Quieres?
Antes de responder, alguien llamó a la puerta.
Me levanté de la cama como un rayo mientras se abría.
-Mick… Ah, hola
Nikii.
-Hola…
Mi voz sonó como un hilo finísimo, el corazón me iba
tan rápido… Si hubiera sabido que su madre estaba en casa no me habría ni
sentado con él en la cama. No porque no me gustara, sino porque aquella mujer
parecía sentir la tensión de nuestros cuerpos cada vez que nos juntábamos, y
¡oh vaya! siempre era taaaan oportuna…
-Hijo, ¿puedes ayudarme un momento? – le llamó con
la mano y me miró con una sonrisa fingida – ahora te lo devuelvo.
Mick se levantó de la cama y salió de la habitación
cerrando la puerta. Me dejé caer de nuevo en la cama con un largo suspiro. ¿Por
qué nunca podíamos estar totalmente solos? ¡Joder! Así no había quien… quien
pudiera hablar tranquilamente, claro. Sí, hablar. Eso era…
Notaba cómo de tensos estaban mis muslos, y el calor
de mi cuerpo no se iba. Aquello era maltrato físico. Nunca podría saciar mis
ganas si aquella mujer estaba en casa. ¿Qué por qué no nos íbamos a la mía? Ah,
bueno, teniendo en cuenta que vivía con cinco personas más la intimidad estaría
100% asegurada… Sí, era ironía. ¿Qué por qué no en la calle, en un probador, en
el coche? Digamos que había pensado en la primera vez de una forma mucho más
diferente que en un aseo público… Quizás dejaría aquello para más adelante.
Se abrió la puerta de nuevo, pero esta vez fue Mick
quién entró en la habitación, volviendo a cerrarla tras de sí. Tragué saliva e
intenté calmar mi fuego interno, no quería otro cubo de agua fría sobre mí.
-Se ha ido.
Sus palabras fueron claras, pero no podía creérmelo.
Quizás se estaba quedando conmigo… O podría ser cierto.
-¿De verdad?-le pregunté ilusionada.
-De verdad.-dijo mientras tomaba de nuevo asiento a
mi lado en el colchón.
-¿Entonces…?
Me besó con suavidad obligándome a cerrar los ojos
para poder sentir aquello por todos los rincones de mi ser. Nos dejamos caer
tumbados en la cama y siguió besándome hasta llegar de nuevo a mi oído y
susurrar:
-¿Quieres…?
Claire Miller
2 comentarios:
Bonito texto :) Parece que al final cosiguió paliar sus ganas
Gracias chicos! ^^
si quereis leer más, pasaros por http://t-whatelse.blogspot.com
<3
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